¡BIERZO, DESPIERTA!



Nací en el Bierzo y he crecido ignorante de mi entorno, de la riqueza contenida en esta hoya maltratada. En el cole me hicieron aprender montes y rios de todo el mundo, los importantes, claro. Será por eso que nunca me enseñaron que esa cima de allí, ese gran triángulo que nos observa, es la Guiana, a su lado, el Pico tuerto ; ni que el Sil no es el único cauce; ni que los osos dormían en laderas escondidas, muy cerquita de aquí...

He crecido menospreciando mi tierra, sin saber de mis raices .

Nunca me ha preocupado respirar aire envenenado, tan siquiera soy consciente de ello. Alguien me dijo que es un problema común en El Bierzo, la Ignorancia: promovida  y consentida . Hemos aceptado un quid pro quo fatídico, claramente inclinado hacia el lado menos beneficioso.

Quizá, algún día, mire un poco más allá de mis narices para ver esa nube amarillenta que cubre el círculo de montañas.
Quizá comprenda que esa bruma flota en mis pulmones y la respiran mis plantas.
Quizá me dé por hacer la suma de  los enfermos de cancer cercanos, los ya fallecidos y los que aún luchan; la de los alérgicos, la del asma, la de los problemas en la piel, en las venas... Y sabré de su resultado  desolador, de más de una cifra...

Tal vez, entonces, veré las chimeneas como unos enormes monstruos alargados; tan ruidosas que apenas dejan escuchar las voces de quienes nos intentan advertir del desastre.



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